domingo, 24 de abril de 2011

EL PROFETA



Sigo sin explicarme como una vez más llego al Reina Sofia, voy a hacer mi visita obligatoria a mi amigo El Profeta y sigo comprobando como la gente pasa esquivando a esta gran e imponente obra de poco más de 2 metros de alto. Nunca me canso de observarla, de rodearla, de acercarme a ella y susurrarle al oído todo lo enamorado que me siento de su plante, de la resolución de sus espacios, sus movimientos, sus huecos estratégicos,... observo al profeta de cerca, lo observo de lejos, y puedo observar como la gente pasa dejando un halo fantasmal, esquivando su mirada.
Me alejo, observo y capto los halos fantasmales de cientos de personas que no dejan ni pena ni gloria de a aquellas visitas.
Me alejo y observo a la gente dejar su halo de tiempo apresurado. Acelerando el paso, como queriendo huir del Profeta.

6 comentarios:

  1. Gargallo, ¿verdad? Entonces también te gustará su bailarina que está en el MNAC. Te prometo que en mi próxima visita repararé mejor en esta escultura.

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  2. Siiii Pablo Gargallo. Pues hace unos años visité el MNAC en Barcelona y no me percaté de la "Bailarina". Como este año puede ser que vuelva a los Països Catalans iré a verla

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  3. Hermosa instantanea de Gargallo y vuestros reflejos en uno de tus estupendos blogs. Gracias por compartirnoslos. SaludOS

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  4. La gente es así y así son los profetas, siempre han sido así y Gargallo lo sabía muy bien, su escultura cumple a la perfección su función de "no-estar" para la mayoría pero sí para algunos y me alegro cada vez que alguien repara en su presencia.

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  5. Buena definición Carlos. Nunca me había planteado esa función de "no-estar". Yo también me alegro porque así es más fácil disfrutar de la obra. Imagínate, yo solo al lado del Profeta, mirándolo cara a cara, conversando con él, sintiendo como mi mirada se desliza por casa una de sus partes, de sus formas resbaralizas, sus huecos intencionados.
    Después me acerco al Guernica y siento que el cuadro gime de dolor, atrapado entre tantos animales obsesionados por fotografiarlo, por llevarse un trozo de él.
    Gracias Carlos por el comentario

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  6. Lo que para unos es superfluo, para otros es una verdad llena de arte :)
    Me encantó

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